Todo lo anterior es "borrón y cuenta nueva", en lo que a redes sociales se refiere.
Hoy es para mi un placer, poder decir que formo parte del Fediverso de la mano de "Tuiter.rocks", una estancia administrada por Elena. La comunidad que ella tiene, junto a todos sus integrantes, es una muy divertida; una verdadera bocanada de aire fresco entre redes sociales recalcitrantemente ofuscantes.
Y pues la vena escritora no tardó en hacer su aparición. Son tres los microcuentos que vieron la luz allá, antes que aquí. El primero es original mío y los otros dos son historias derivadas de comentarios hechos por terceros: Retrovulcano e Irina. ¡Comencemos!
Retrovulcano.
Mi nombre está escrito con sangre en una lápida. Soy una amorfa masa de carne putrefacta. Pero no recuerdo haber muerto. ¿Por qué morí?... ¿Qué hice?
-Calla, pedazo decadente de carroña -interrumpe mi monólogo un demonio-. Si quieres saber la razón y recuperar tu alma, cuerpo e identidad; tendrás que enfrentarte a tu más grande temor: el Infierno. Tendrás que llegar al purgatorio y comenzar a buscar ahí la respuesta.
-¿Y en qué dirección está?... no tengo GPS.
-Es por… allá.
-Gracias, señor demonio… ¿Tiene crédito su celular para llamar un Uber?
-Puta madre… ¡Hola, señor Pérez Reverte! ¿Listo para pagar su deuda con el patrón?